
Pocas veces la magia me ha tomado por sorpresa, y no es que sea el típico joven ingeniero cuadrado, realista, numerólogo y adicto a lo tangible, pero como que a veces las cosas fantásticas te pillan volando bajo, o como en este caso, volando sobre materia, sobre concretismos. Tratando de creer en hadas, en laberintos mitológicos, en faunos y en gobiernos fascistas (lo mas tristemente irreal de la película) me encontraba, tratando de unir dos historias tan distintas, una llena de vida, y la otra llena de muerte, las dos llenas de sangre, pero una donde la sangre corre con potencia, y la otra de sangre estancada, expulsada por los que ya dejan de vivir. En aquella oscuridad de mi pieza, bajo mi cubrecama que la hace más oscura aún, comenzaba a ser paseado de la mano de Ofelia por mundos extraordinarios, sueños reales, de carne y hueso. Por el otro lado también habían sueños, luchas ideológicas, que matizan el sueño de la pequeña, que se asimilan en cierta manera, que luchaban por una España libre, una patria del pueblo, una España republicana, sin Franco, sin Vidal, sin muerte. Entonces comienza la lucha por alcanzar el sueño, se desata la guerra en ambos mundos, a veces la utopía se ve a lo lejos, como decía Ismael Serrano, parece que cuando uno da un paso hacia la utopía, avanza hacia ella, esta da otro paso hacia delante, y era lo que pasaba acá, las esperanzas parecía que se perdían. Hasta el último momento Guillermo del Toro nos hace creer que lo que vimos fue una ilusión, producida por la mente vivaz de una pequeña que quiere huir de este mundo, que no la entiende, y que nunca la entenderá. Hasta el último momento pensamos que fuimos embaucados, que nos hicieron creer en un mundo mágico, pero que fue eso, una simple ilusión. Hasta el último momento, creí tener la razón, que yo había tomado por sorpresa a la magia. Pero Guillermo del Toro me hizo caer de nuevo, me hizo pisar el palito, tal como lo hizo en Cronos y El espinazo del diablo, y volví a creer, en sueños imposibles, utopías, tierras mágicas y por sobre todo, volví a creer en lo que sueño día a día, en la posibilidad de que se cumplan, en la posibilidad de que los lleve a cabo. El laberinto del fauno es magia pura, que se contrapone a nuestra esencia humana, y que la hace ser una inmensa película.
2 comentarios:
estoy de acuerdo contigo, es una película q nos hace creer en la magia y en los sueños. A mí me encantó
Hola... llegue aca x el blog de Ismael... y me encuentro con este post, tremenda peli, me gusto mucho... el contraste de lo mitologico, de los cuentos de hadas y faunos y en la triste historia fascista.
muy buena pelicula!
..."las utopias no son mas que anticipos del futuro!
saludos
k@ri.-
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